Buscar este blog

martes, 20 de diciembre de 2016

La felicidad

En la antigüedad, los filósofos griegos se preguntaron por la felicidad y la consideraban el fin de todos los seres humanos. El bien supremo o fin último al que aspira todo hombre es alcanzar la plenitud de la vida. Para algunos la plenitud era pensada como la posibilidad de realizarse. Para otros, lograr el autodominio, o la paz interior. También estaban los que pensaban en ser libres, tener autonomía, en ser independientes.
Para Sócrates, la felicidad pasaba más por alcanzar la sabiduría, poder desarrollar el intelecto y expandir el saber, desarrollar el saber. Conociendo la verdad se alcanza la felicidad. El saber y la felicidad están íntimamente ligados. La frase más conocida de Sócrates era el "Conócete a ti mismo". Esta felicidad socrática no era material, sino más bien espiritual, llegar a ese mundo inteligible, mundo de las ideas, que con posterioridad Platón pensó.
Aristóteles sostiene que la finalidad del hombre es la felicidad y se puede alcanzar desarrollando la "ARETÉ", la excelencia, la virtud. Aquello que hace al hombre más propio. Aquello que lo hace ser lo que es.
La virtud se logra a través del pensamiento y controlando los instintos naturales a través de la razón humana que siempre busca la prudencia, el equilibrio entre dos extremos. Por lo tanto, para Aristóteles la felicidad es encontrar el punto medio entre los extremos.
Para la filosofía Epicúrea la ética estaba basada en la máxima "Evitar el dolor y buscar el placer", porque cuando el dolor se presenta genera dependencia y temor.
Liberarse del dolor es aprender a desligarse de las cosas materiales, entendiendo que nada es para siempre. En especial, la propia vida humana.
Epicuro decía que no había que temerle a la muerte. El más grande placer, y por ello la más grande felicidad, es alcanzar la paz interior, la imperturbabilidad del alma.
Para los estoicos, el bien supremo en la vida es la felicidad, y ésta consiste en la tranquilidad del alma: la "ataraxia". Estos filósofos recomendaban vivir de acuerdo con la naturaleza, con simplicidad y sinceridad, buscando el silencio, el retiro. La felicidad depende de uno mismo y se alcanza siendo virtuoso.
En la filosofía cínica, su máximo representante fue Diógenes decía que nada hace más infeliz al hombre que la civilización. Y por ello postula un retorno a la naturaleza y a las costumbres más animales de los hombres. Para el cinismo los grandes problemas humanos se encuentran en el abandono que el hombre ha hecho de su naturaleza original. Para Diógenes ser feliz era ser libre, vivir como un perro, en la naturaleza, trasgrediendo las costumbres y las tradiciones sociales.
Durante la edad media, según San Agustín la felicidad del hombre estaba en alcanzar la verdad y para Santo Tomás es alcanzar a Dios.
Con el surgimiento de la modernidad, Kant dice que la felicidad es cumplir con el deber. La naturaleza de la ética no está en la felicidad, sino en el deber. La sociedad a través de normas jurídicas debe garantizar que ninguna persona con el fin de querer alcanzar su propia felicidad los derechos de otra persona. Para Kant, primero está el cumplimiento de las reglas, y después la felicidad. Kant propone para ello una fórmula: el imperativo categórico, que dice: "Obra solo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal".
Con la posmodernidad la felicidad se convirtió en una felicidad egoísta, cada persona puede elegir la felicidad que quiere, la felicidad ya no se piensa en el otro, la felicidad se encuentra a través del consumo de cosas materiales, pero esta felicidad produce desigualdades sociales, porque no todos tienen acceso igual al mercado de consumo.
Teniendo en cuenta cuál es el fin último del hombre, primero tenemos que definir que es un fin y etimológicamente "fin" significa lo que es término de algo, estrictamente designa aquello que culmina o termina una tendencia o acción, obtenido lo cual el agente cesa de obrar y reposa, hace referencia al fin como la intención, el objetivo o la finalidad para la realización de un acto.
Todas las decisiones que toma el hombre la hace en función de un fin, de algo que persigue y todas las acciones humanas están orientadas a la obtención de algo, de un bien, de la felicidad.
La búsqueda de la felicidad es uno de los objetivos que persigue el ser humano a lo largo de su vida. Para unos, la felicidad es sinónimo de desarrollo profesional, para otros, de ser solidarios con los demás, ayudar a quien lo necesita, para otros, la felicidad depende del dinero o del amor, otros sueñan con utopías que transformen la sociedad actual, para otros consiste en no tener dolor, sentir placer corporal, otros son más simples y disfrutan de las pequeñas cosas de la vida,
Asimismo, hay personas para las que ser feliz consiste en vivir con lo justo y necesario.
Durante su vida el ser humano pasa por diferentes etapas: niñez, adolescencia y adultez, en cada una de estas etapas la felicidad es diferente.
Otra de las características de la felicidad es que no es eterna es temporal, hay momentos en que se es feliz y otras no. Somos seres emocionales y por lo tanto pasamos por diferentes estados de ánimos. Hay momentos de alegría, tristeza, placer, dolor, angustia, confusión, frustración, fracaso, ira, y todos los hombres hacen un largo recorrido emocional permitiéndole crecer, cambiar, transformarse.

La felicidad es una de las tantas emociones y estado de ánimo que experimenta el ser humano en esta vida y está asociada con una sensación de plenitud, alegría, goce y realización.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Antropología filosófica. El hombre y la educación. Necesidad, posibilidad y límites.

  • Fundamentar la importancia de la educación desde el punto de vista antropológico: necesidad, posibilidad y límites.

Cuando pensamos al hombre lo hacemos en relación a sí mismo y con los demás, con su cultura, con el mundo y con lo sagrado, se sabe consciente del espacio y el tiempo en el que vive. Es un ser que está arrojado al mundo, un ser que nace incompleto, inacabado y a medida que va viviendo se va construyendo a sí mismo. Esta idea de construcción del hombre es el proceso central que debe tener la educación como necesidad, cuya misión es el desarrollo integral del ser humano para que pueda satisfacer sus necesidades humanas, y asumirme como sujeto de derechos para el ejercicio como futuro ciudadano. Cada ser humano está en una constante búsqueda de su perfeccionamiento para poder ir transformándose, no solo individualmente, sino además a la sociedad en la que vive.
La posibilidad de educarse, le da al ser humano la centralidad de su ser y de su accionar, lo forma intelectual y espiritualmente para asumir posiciones críticas para construirse como individuo y en relación con el otro y con su entorno para poder mejorarlo, para ello es menester que la educación pública siga siendo inclusiva y que llegue a todos, que no excluya a nadie del sistema educativo. Todos los ciudadanos deben de pasar por el proceso educativo para poder trascender los límites de su individualidad. La educación anima las llamas de la inmanencia es lo que nos permite transcender como individuos. El desafío es su calidad educativa, en una educación personalizada, que el conocimiento disciplinar no sea la única finalidad de la educación, que esté basada en una pedagogía del amor, que desarrolle el potencial humano, en valores humanos de colaboración, solidaridad, que fomente el diálogo y búsqueda de consensos, que construya espacios para poder reflexionar sobre la época actual que nos toca vivir y en lo posible mejorarla. La educación transforma a las personas y forma en ellas conciencia de la posibilidad de su trascendencia.

  • Fundamentar por qué para el autor: “Es posible afirmar que la educación es, en el siglo XXI, algo muy conflictivo y realmente comprometedor”.

El cambio de paradigma de la modernidad a la postmodernidad, tuvo repercusiones a nivel educativo. Durante mucho tiempo la educación se basaba en el orden y el progreso de las ciencias donde la verdad científica era una certeza, le daba estabilidad al período de iluminación de la razón matemática. Pero la posmodernidad irrumpe marcando el fin de la historia y de la modernidad. Este cambio de paradigma debe de permitir replantearse nuevas preguntas sobre la educación, en las cuáles se pueden encontrar una diversidad de respuestas, acorde al nuevo paradigma educativo posmoderno de relativizar todo, con lo cual convierte a la educación en un tema de conflicto permanente, en donde aparecen grietas difíciles de reconciliar. El hombre deberá tomar un posicionamiento antes tantas posibilidades de conocimiento y eso lo hace comprometedor, no solo es adquirir conocimiento, sino como una herramienta para poder reflexionar, criticar, pensar la educación actual. Para poder hablar de educación hay que hablar de humanidad y traspasar las diferencias e ir al encuentro de una sola realidad que supere el paradigma de la borrosidad y el diálogo y la posibilidad de encontrar un acuerdo que nos involucre a todos.

  • Caracterizar a la Educación como “espacio­-tiempo de trascendencia”.



La educación como espacio y tiempo no debe de ser una simple utopía, sino una esperanza de la inteligencia humana para poder proyectarse más allá, ver la complejidad, vencer lo negativo, convertir la potencialidad humana en acción y para ello el nuevo paradigma educativo debe de superar las grietas, las fisuras a la que nos llevan las ideologías. La complejidad del momento actual, nos debe de llevar a un encuentro como humanos que nos haga repensar la educación como posibilidad de trascendencia, salir a contemplar la luz y volver a la caverna para liberar educando y construyendo personas sabias y un mundo mejor.

Antropología filosófica. Inmanencia. Trascendencia.

- Conceptualizar y relacionar en torno a la persona humana “inmanencia” y “trascendencia” como cualidades de la misma acuñadas desde la filosofía.
Toda persona humana, como ser libre e inteligente siempre ha sido motivo de reflexión filosófica. Los conceptos de inmanencia y trascendencia son características propias de la esencia y de la existencia humana. Parecería haber cierta tensión entre ellos, como oposición, sin embargo, pueden ser pensados como complementarios.
La etimología define a la inmanencia como aquello que permanece o está adentro y trascendencia como aquello que está más allá, que sobrepasa los límites.
La inmanencia puede ser pensada desde tres niveles
  1. Absoluta o estricta. Aquella que surge y termina en el sujeto. Es cuerpo y alma.
  2. Mitigada. Tiene una relación atenuada con lo exterior o trascendente. Es una mirada desde adentro hacia el afuera, una comunicación desde el interior hacia el exterior.
  3. Negación de la inmanencia. Es exterioridad, es trascendencia. Todo viene de afuera.
La trascendencia puede tener diversos significados.
  1. Para la filosofía Aristotélica-tomista.
  • Lo que está más allá de toda categoría o concepto.
  • Es inclusión. Trasciende las diferencias.
  • Dios. Como algo que está más allá del mundo.
  • Esencia. Se funda en la esencia misma de las cosas.
  1. Para la filosofía contemporánea.
  • Dios está en el centro del mundo como un principio animado.
  • Como substancia o cosa en sí, respecto a las apariencias o fenómenos.
  • Como ciencias normativas. Relación entre derecho y verdad.
  • Como comunicación con los demás seres humanos y con el mundo objetivo.
  • Más allá de la experiencia, en la realidad o el conocimiento.
Inmanencia en la persona humana.
La existencia de la persona humana es una esencia inmanente.
  1. Es consciente de su yo y de su propia individualidad.
  2. Es libre. Su libertad interior le da autonomía y lo hace responsable de su obrar.
  3. Es subjetividad de sí mismo. Es dueño de su ser.
  4. Es subjetividad de lo otro. Lo diferencia y lo comunica con el otro. El yo reduce lo otro a su propia satisfacción: egocentrismo.
Trascendencia en la persona humana.
El hombre no es pura inmanencia, sino que necesita trascender. Está abierto a asimilar de lo otro (interior) y a lo otro (exterior). No puede bastarse a sí mismo, vive una continua inseguridad y amenazado por la nada y la muerte ante un vacío existencial al que hay llenar y encontrar sentido a su vida. En relación con su interioridad es que busca su trascendencia. “Yo soy en el mundo” (Heidegger). El yo se inserta al mundo a partir de su interioridad. Vive la experiencia de estar unido por una infinidad de relaciones y conexiones entre lo físico y lo espiritual.
- Diferenciar el alcance trascendencia “intramundana” y “transmundana” desde las concepciones antropológicas que lo sostienen.
La trascendencia trasmundana es la realidad del mundo exterior, todo aquello que está fuera del mundo, como por ejemplo: la existencia de Dios. Por el contrario, el mundo intramundano es el mundo físico, material, es la realidad humana abierta, dinámica y temporal que hace trascender al hombre, que se hace cargo de sí mismo, de su realidad y se abre a lo diferente, como persona y como sociedad, como parte de la historia y con capacidad de reconocer la presencia de lo transmundano desde lo mundano. El hombre puede trascender por su dinamismo inmanente, porque es consciente de su realidad física que va cambiando y creando nuevas posibilidades de poner en común su vida propia, constituyendo el mundo social y pasar a la historia a través de su acción que lo autorrealiza.
- Realice una lectura del último texto de la bibliografía sugerida rastreando relaciones con las cualidades de las personas caracterizadas en el punto anterior y realice una conclusión final en torno a la temática abordada.
Los filósofos de la sospecha desenmascaran la falsedad escondida bajo los valores ilustrados de racionalidad y verdad de nuestra sociedad y cultura occidental, desde el pensamiento de Platón y Aristóteles, el cristianismo y la razón cartesiana.
Los tres expresan, cada uno desde perspectivas diferentes, la entrada en crisis de la filosofía de la modernidad, al mostrar la insuficiencia de la noción de sujeto, y al desvelar un significado oculto: Marx desenmascara la ideología burguesa como falsa conciencia o conciencia invertida; Nietzsche cuestiona los falsos valores; Freud pone al descubierto los disfraces de las pulsiones inconscientes. Ponen en cuestión los ideales ilustrados de la racionalidad humana, de la búsqueda de la felicidad y de la búsqueda de la verdad.
A estos tres filósofos los podemos relacionar con la praxis del mundo intramundano, ya que los mismos de acuerdo a sus diferentes posturas filosóficas niegan la trascendencia trasmundana, con su fuerte crítica a toda doctrina religiosa, en cuanto a la existencia de un ser superior y la negación de la metafísica tradicional. Aunque ellos a través de la genialidad de sus pensamientos logran sus propias transcendencias, haciendo una fuerte crítica a la sociedad humana, a su sistema de producción, sus creencias. A partir de ellos se puede pensar desde la filosofía, como una herramienta para desenmascarar la realidad y poner todo bajo sospecha. Los tres proponen que la vida del hombre puede mejorar a través de la transmutación de todos los valores de la sociedad burguesa que aliena y somete al hombre, le quita sentido a la vida y reprime sus instintos más naturales convirtiéndolo en un ser cultural y, por lo tanto, un ser neurótico.
Desde el punto de vista personal, adhiero a la postura que adoptan estos filósofos de la sospecha. A partir de ellos, la filosofía desestructura, incomoda, interpela la realidad de lo cotidiano, pone en duda todas aquellas verdades que se fueron construyendo en la historia de la humanidad, especialmente lo que Lyotard llama los grandes relatos históricos.

Como dice Marx:Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversas formas el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo” y la filosofía es una de esas herramientas de suma utilidad para poder cambiar la realidad. La peor lucha es la que no se hace. 

domingo, 11 de diciembre de 2016

Filosofía de la Historia

“EL HOMBRE Y LA HISTORICIDAD”.

Describir como desde la Filosofía se ha incursionado en el terreno de la 
reflexión sobre la historia, a objeto de mostrar su sustrato y su trama.

La filosofía de la historia es la consideración racional, pensante, que nace con la modernidad, como duda y concientización, donde el hombre ocupa el centro del conocimiento como consecuencia del desarrollo de las ciencias y de los grandes inventos a partir del renacer del hombre como antesala de la modernidad.
Voltaire representa esa época y es el primero que hace una interpretación teológica de la historia, desde la perspectiva de la razón, con actitud crítica y escéptica en relación a los dogmas establecidos. Se distancia de las historias tradicionales escritas por el cristianismo reinante durante el medioevo. Su intención era explicar el “espíritu de los tiempos y de las naciones”, y el progreso de la civilización en sus diversos aspectos, con un criterio “científico”. Utiliza la Filosofía de la Historia con un sentido de entender la historia, se aplica tanto a una historia universal como a una concreta, particular.  La novedad que aporta es el intento de ensanchar el estudio histórico; esto se debió a dos causales: 1) A su odio por la historiografía cristiana y la Iglesia. 2) A su visión mecanicista del Universo: si todos los hechos están ligados por un encadenamiento necesario, entonces todos los pueblos deberán tener la misma importancia. Al tomar la matemática y la mecánica como modelos de conocimiento, su imagen del mundo es la de una máquina gobernada por un dios geómetra, sometido a sus leyes. Además, para dirigir el mundo, este dios es necesario por razones morales, ya que para garantizar su sociedad burguesa hay que basarse en una moral universal. Voltaire dice que en la práctica no se puede prescindir de la existencia de dios, si no existiera habría que inventarlo. Está inmerso en una dialéctica maniquea que invierte el dualismo cristiano. Pero retira la mano de dios de la Historia.
Para Hume, el padre del empirismo donde el conocimiento a través de la percepción sensorial cobra importancia, la historia es una acumulación o sucesión de hechos que pueden ser observables empíricamente.
Considera que no es posible desentrañar el significado último de los procesos históricos y revelar su “plan”. Solo pone de manifiesto el espectáculo de los eventos, sin pretender que los mismos responden a una determinada idea o propósito*. “En la experiencia solo vemos eventos que se sucede, pero no vemos ninguna conexión causa-efecto”
Los idealistas alemanes Kant y Hegel, reflexionaron especulativamente sobre la historia desde, una perspectiva más amplia, hacen una interpretación sistemática de la Historia Universal, según el cual los acontecimientos históricos se unifican en su sucesión  y se dirigen hacia un significado fundamental.
Hacen una reflexión especulativa, que se diferencia de la “filosofía crítica” o “analítica” de la historia. La investigación realizada hace referencia a la naturaleza del pensamiento histórico, el carácter de la disciplina intelectual llamada “historia”, el análisis de los procedimientos del historiador y la comparación de éstos con los que se siguen en otras disciplinas, así como al estudio de las categorías empleadas en los juicios y explicaciones históricas y de los modos de argumentación que sustentan sus conclusiones. La filosofía especulativa de la historia tiene como finalidad proporcionar una interpretación global del proceso histórico en su totalidad.
Karl Jaspers nos dice que: “Si queremos comprender la historia como un todo es para comprendernos a nosotros mismos”.  El saber que representa la filosofía de la historia, y las incógnitas que intenta descifrar, se arraigan profundamente en nuestra condición humana.
La filosofía especulativa de la historia, a través de Hegel obtuvo grandes logros, pero recibió también fuertes críticas. La palabra “especulación” como examen teórico, conocimiento teórico puro. Para la filosofía especulativa, la fuente fundamental del conocimiento es la teoría, “la fuerza inmediata, pura, de la inteligencia”, sin la ayuda de los sentidos. Los dos cuestionamientos principales fueron: En primer lugar, la brecha existente entre los principios a priori de la razón y en segundo lugar,  la realidad empírica que no se ajusta a las prescripciones del sistema: Hay una gran distancia entre la actividad que hace el historiador que busca datos sobre el pasado y la del filósofo que inventa un punto de vista desde el cual puede dárseles sentido. El filósofo siempre da una explicación racional de la historia sin tener en cuenta los cambios históricos”, dice Walsh.
Dilthey es uno de los pensadores que más profundizó en las ciencias del espíritu como una proyección de la vida misma. Desde su punto de vista, la vida es una manifestación de la propia filosofía. En cierto modo y salvando las diferencias, las ciencias del espíritu están en relación con el valor de la psicología actualmente que accede a la interioridad del sujeto para comprender su esencia.
A su vez, afirma que la comprensión de la existencia humana no puede simplificarse a la enumeración de unas representaciones intelectuales. Desde este punto de vista, Dilthey como defensor de las ciencias del espíritu, se opone claramente al inteletualismo de Kant en su Crítica de la Razón Pura.
Dilthey propone hacer “una investigación histórica fundada en un dominio lo más amplio posible de las ciencias particulares del espíritu”, que permita comprender la realidad extremadamente compleja de la historia “mediante las ciencias que investigan las uniformidades de los hechos”.
La historia  universal, en la medida en que no es algo sobrehumano, sería la conclusión de ese todo de las ciencias del  espíritu”. El rechazo a la filosofía kantiano-hegeliana de la historia deviene para Dilthey en la formulación de una filosofía del hombre o de la “vida”, que enfatiza el carácter histórico de los valores y la relatividad de la verdad, sobre la base de una constante percepción del ser humano como ser histórico.
 El sujeto es la totalidad síquica del ser viviente; la crítica histórica analiza las categorías a través de las cuales la vida se manifiesta, pues la vida es a la vez sujeto y objeto en la historia.
A pesar de su cuestionamiento a la búsqueda de un sentido superior en la historia, Dilthey no obstante argumenta —con planteamientos que recuerdan la “sociabilidad asocial” kantiana y el “ardid de la razón” de Hegel— que la observación científica es capaz de mostrarnos que la disociación de funciones y la acumulación de resultados permiten a los hombres “crear involuntariamente los sistemas progresivos de lo verdadero” en la historia.

-        Caracterizar la filosofía heideggeriana de la historia en torno a la “búsqueda en la historia de un fin universal, el fin último del mundo”.

La reflexión que hace Heidegger sobre la filosofía de la historia, se encuentra en su libro “Ser y tiempo”, dándole al ser una historicidad vital.
La filosofía trascendental de Heidegger pretende dejar en suspenso la ontología, para analizar la forma, o condición del pensar, dejando de lado o afuera a la metafísica, supone reconocer que entre Ser y Pensar hay una distancia, que es la esencia de nuestra finitud: el Tiempo. El Tiempo, ni apariencia ni realidad, es nuestra única manera de objetivar la inaprensible cosa en sí. El Tiempo es lo constitutivo del Dasein, su manera de existir y dejarse apelar por el Ser que sabe de su finitud y por lo tanto lo angustia porque le revela la nada.
Para Heidegger, el hombre tiene la necesidad y la libertad de asumir su propio destino, de construir su propia historia, de ser auténtico, pero también debe colaborar en la historia común a todos, de un pueblo de una nación, de la humanidad. Siempre está trascendiendo, trasciende ante sí mismo y ante el mundo. Es un ser en el mundo que trasciende desde su inmanencia.

   
-        Tomar partido en una reflexión filosófica sobre la historia que sea capaz de preservar el balance entre inmanencia y trascendencia.
-        Continuar con la reflexión anterior en torno a la cita que le da cierre: “si negamos la historia, perderíamos la riqueza de la diversidad y multiplicidad la cual nos aproxima más a la plenitud de la especie que un individuo solo”.

Hace unos 15.000 millones de años, un átomo se calentó y explotó, desde ese mismo instante la historia del universo comenzó. Un par de miles de años más tarde, el sistema solar y la tierra entran en escena. El tiempo transcurría, las condiciones de nuestro planeta fueron cambiando, luego de períodos de mucho calor y frío, el clima se fue estabilizando y la combinación de agua y oxígeno hicieron propicio al planeta, para que en él, surgieran las primeras formas de vida. Apenas unas pequeñas células microscópicas aparecieron en el agua, y a medida que fueron evolucionando, en anfibios se convirtieron, y entre ellos nuestro genoma iba viajando hasta que algunos de estos seres vivos se convirtieron en mamíferos. Un primate mono se puso de pie y empezó a caminar en dos patas, comenzó a evolucionar y se convirtió en homínido. A medida que desarrollaba su cuerpo, también lo hacía su cerebro, comenzó a pensar, a utilizar sus facultades mentales, a adquirir nuevos conocimientos, nuevas destrezas, nuevos instrumentos, elaborar nuevas ideas, nuevas técnicas y esto lo convirtió en homo sapiens-sapiens.  Era nómade en sus comienzos, hasta que un día se le ocurrió ser sedentario, se estableció a orilla de un río, sembró y cosechó, sus animales se procrearon y ya no necesitó de la caza. Él solo se podía alimentar. Al poco tiempo otros hombres se le sumaron y cuando fueron muchos, formaron familia, hordas, tribus, urbes y con ellas aparecieron otras dificultades, el poder, la riqueza, el derecho de propiedad. Esto creo la diferencia entre ricos y pobres. La tierra se convirtió en tema de disputa, y la gente salió a buscar otras. Así se formaron más pueblos, las riquezas se fue concentrando en pocas manos, esto trajo recelos y guerras. Y para las guerras se precisaban soldados y alguien que los dirigiera, de este modo surgieron, de entre los más ricos, los reyes, quienes para dominar a sus pueblos se definían como sus protectores. A ellos iban las riquezas y las ganancias, porque necesitaban mantener los ejércitos y construir sus castillos y murallas medievales.
La burguesía le corta la cabeza a Luis XVI, el último Rey católico y con ello marca el fin del medioevo y el comienzo de la modernidad. La Revolución industrial inicia un nuevo sistema de producción a escala mundial: el capitalismo se apropia de la naturaleza y del propio hombre, lo somete y lo aliena. Aparece el Estado como forma de organización social, la “democracia” como sistema político y los conflictos sociales (burguesía-proletariado). Las ideas de Marx se llevan a la práctica en la Revolución rusa de 1917. Europa se divide el mundo, aparece el imperialismo y sus colonias. Alemania, queda afuera del reparto del mundo y con ello la Primera guerra mundial. La firma del Tratado de Versalles fue una humillación para el pueblo alemán, inventó el Nazismo y con ello la Segunda Guerra Mundial y en ella el Holocausto. La razón humana como un instrumento para la muerte.  El mundo convulsionado por lo que acababa de ocurrir. Aparece la ONU, y con ella los Tratados Internacionales sobre derechos humanos. La guerra fría entre las nuevas potencias mundiales. La década del 60, un anuncio de la postmodernidad, época de protesta, de rebeldías, de utopías. Los hippies protestan contra la cultura norteamericana. Surgen organizaciones por la paz y en contra de la guerra de vietman. Las guerrillas latinoamericanas con los ideales del Che Guevara de los 70, intentan cambiar el mundo. Después llegaron las dictaduras y los gobiernos conservadores de Reagan, Bush y Thacher, la Guerra de Malvinas, la Guerra del Golfo y la Perestroika que a finales de los 80, trajo consigo la “Caída del Muro del Berlín” y el fin de la guerra fría. El fin de la historia diría Fukuyama y el comienzo del mundo globalizado. La gran aldea humana nuestro planeta. En la postmodernidad actual, la virtualidad irrumpió en nosotros, todos somos parte de este mundo virtual que a veces se confunde con la realidad.
Cuando terminé de leer los textos sobre filosofía de la historia, me propuse hacer una breve síntesis de la historia universal. Si era capaz de narrar los acontecimientos del pasado con la mayor objetividad posible. Cuando revise lo escrito, me di cuenta que había dejado de lado u olvidado muchos importantes hechos históricos. Y entonces, me puse a reflexionar que la historia que se cuenta es una interpretación propia de la historia, contada desde un tiempo extemporáneo, donde está presente la subjetividad, la formación recibida, la clase social a la que se pertenece y la ideología imperante en cada uno.  No hay objetividad en la historia, solo una linealidad contada por el poder de turno de cada tiempo, que triunfó y contó la historia que más le convenía a sus intereses.
Entonces, ¿qué es la historia del hombre? La historia es el tiempo de existencia humana narrada por los hombres, en sus diferentes aspectos, como parte de su esencia natural o inmanencia y en relación con su cultura que lo hace trascender a sus futuras generaciones. La historia de la humanidad es una permanente puja de poderes y eso hace que algunos acontecimientos históricos sean considerados más importantes que otros. La humanidad piensa en el presente pero teniendo en cuenta lo ocurrido en el pasado, la lucha del hombre es siempre por un futuro mejor y para ello debemos pensar que no hay una sola historia lineal y oficial contada por los vencedores, sino que hay muchas historias más, que quedaron tapadas y escondidas; por ello, es importante hacer un revisionismo e incorporar aquella parte que fue dejada de lado: la de los vencidos. De eso se trata la filosofía de la historia, de no negarla y poder contarla.
Como nos dice Lito Nebbia en su canción: “Quien quiera oír que oiga”:

“Si la historia la escriben los que ganan,
eso quiere decir que hay otra historia:
la verdadera historia,

quien quiera oír que oiga.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Antropología filosófica. Naturaleza y cultura

      Naturaleza y cultura.

Concepto naturaleza: desde el punto de vista etimológico naturaleza significaba para los griegos (phýsis) y los romanos (natura), que hacía referencia al nacimiento o producción de las cosas. Los filósofos presocráticos fueron los primeros en hablar de naturaleza como arkhé (principio de todas las cosas).
Puede ser definida como el conjunto de las cosas que constituyen el universo o la esencia de una cosa que, a modo de principio activo, hace que esta manifieste un determinado conjunto de propiedades o características. Es un sistema dotado de leyes propias al margen de la intervención humana. Está formada por un conjunto de todos los seres no artificiales que existen en el universo y en el cosmos, regulado por leyes físicas, químicas, biológicas, etc.
Con el surgimiento de las ciencias modernas, se definió como naturaleza máquina, cuyo funcionamiento el hombre conoce a través de leyes.

Concepto de cultura: todo aquello que aprendemos y adquirimos desde que nacemos –consciente o inconscientemente- se denomina cultura. Significa en latín cultivar – procede del ámbito de la agricultura-, es decir que a un hombre sin educación se lo compara con un campo sin cultivar, frente a un espíritu cultivado u hombre educado, que lee, que va al teatro, al cine, que entiende de pintura. Etc.
Deriva en dos significados: cultura subjetiva como acumulación de conocimientos que adquiere una persona en el proceso de aprendizaje; y cultura objetiva producciones culturales que realiza el ser humano dentro de un contexto social.
Se la define como todas aquellas actividades, conocimientos, procedimientos, valores e ideas que se producen y se transmiten por el aprendizaje social. Son elementos culturales  las técnicas agrícolas y artesanales, la construcción de casas, la organización familiar, la vestimenta, tradiciones, religiones, etc. Hablamos de cultura cuando nos referimos a pueblos, sociedades o civilizaciones: cultura occidental, egipcia, griega, etc.
Con la modernidad, se entendió a la cultura como todo aquello que el hombre añade a la naturaleza, por sí mismo o por sus objetos, como utensilios, herramientas, procesos técnicos. Entonces cultura sería la intervención consciente del hombre frente a la naturaleza.

Relaciones prácticas y teóricas entre “naturaleza y cultura”, entre “el hombre y la naturaleza” y entre “el hombre y la cultura”.

Los dos conceptos se relacionan oponiéndose o complementándose. La naturaleza es lo innato, es permanente, estable y regular y la cultura es el aprendizaje social adquirido por el hombre a través de su historia. El ser humano, en su evolución biológica ha sustituido el instinto (herencia) por el hábito (aprendizaje), que permite la adaptación e intervención del hombre en la naturaleza. Mientras que la vida biológica está basada en la transmisión de información genética, como el resto de los animales, la cultura es posible por un conjunto de capacidades que no tienen los demás animales, por ejemplo, la capacidad de comunicar y de transmitir experiencias de vida, de imaginar, de anticipar el futuro y de explorar alternativas y esto es así porque el hombre es inteligente, tiene la capacidad de comprender las cosas como reales, o de convertir los signos en símbolos, o de concebir ideas universales y abstractas.
Por ejemplo, desde el punto de vista natural el hombre para poder sobrevivir necesita alimentarse, pero preparar una comida es producto de la cultura humana; el cabello y el vello del cuerpo humano es heredado, pero vestirnos para cubrirnos del frío es cultural; caminar nos permite desplazarnos, pero usar una bicicleta es una creación cultural; morir es un proceso biológico natural, en cambio, enterrar a los muertos es un rito religioso. por naturaleza nos emparejamos y tenemos descendencia, pero por cultura lo hacemos mediante una fiesta ritual; por naturaleza somos capaces de hablar, por cultura nos expresamos en un idioma aprendido en nuestro entorno.
La antropología y la biología nos demuestran que todos los individuos son el resultado de una interacción entre su naturaleza biológica y el medio en el que se desenvuelve.

Relación entre el hombre y la naturaleza.

El hombre es un ser vivo y, como tal, forma parte de la Naturaleza. El hombre es un ser natural, cuya naturaleza específica consiste en la racionalidad, en poseer una inteligencia y una voluntad libre. Dicha naturaleza humana es universal y lo coloca en una situación privilegiada ya que, a diferencia del resto de los seres naturales, su comportamiento no está determinado por los instintos y necesidades naturales sino que, gracias a su voluntad libre puede sacrificar su propia vida o realizar una huelga de hambre.
El hombre siempre ha intentado conocer la Naturaleza, ya que de ello dependió su supervivencia. El conocimiento del marco natural, así como su transformación y aprovechamiento motivó e impulsó el conocimiento científico y la técnica. Gracias a su inteligencia, el hombre ha sabido adaptar la realidad a sus propias necesidades, ha sido capaz de utilizar la naturaleza y perfeccionarla acomodándola al modo de ser y necesidades humanas.

Relación del hombre con la cultura.

Cuando nacemos lo hacemos dentro de un contexto social y cultural que debemos de aprender. Este proceso de aprendizaje se denomina enculturación que utilizamos para interpretar el mundo en el que vivimos desde parámetros establecidos por la cultura, es el rasgo característico del ser humano.
La cultura le ha servido al hombre para poder sobrevivir y no extinguirse como especie

El hombre como ser social y cultural: del “paso de la naturaleza a la cultura” a la “diversidad cultural”. Cómo fue evolucionando el hombre de hombre natural al ser social y como fue evolucionando de la cultura a la diversidad cultural.

El hombre es el resultado de sumatoria de la evolución biológica y cultural, sin la cual se hubiera extinguido. Fue evolucionado biológicamente en el denominado proceso de hominización, donde sufrió transformaciones para poder adaptarse al medio ambiente; como por ejemplo: bipedismo, cambios en la piel, desarrollo de su visión, liberación de las manos, aumento del tamaño del cerebro que le permitieron incrementar sus percepciones espacio-temporales, los sentidos, y el lenguaje. El proceso de humanización, fueron todos los cambios culturales que se fueron sucediendo al mismo tiempo que se producían los cambios físicos. El hombre fue incorporando nuevas técnicas y nuevos modos de existencia que le permitieron cambiar y adaptarse al medioambiente que le permitieron sobrevivir (la caza, el fuego, el abrigo, el comportamiento social y el uso del lenguaje).
Los seres humanos cuando nacemos, lo hacemos en un estado de inmadurez total, por lo cual necesitamos de nuestros padres y tiempo para alcanzar nuestra madurez. Durante ese tiempo en el que convivimos con nuestra familia y con la sociedad en la que vivimos vamos generando lazos afectivos, y a través del lenguaje nos vamos comunicando con los demás y aprendiendo y adquiriendo conocimientos que la cultura humana fue construyendo en su historia.
Gehlen nos dice que esa carencia fisiológica y anatómica que tenemos cuando nacemos la vamos sustituyendo con inteligencia, que madura en sociedad. Aristóteles, pensaba al hombre como un ser social.
Nos diferenciamos del resto de los animales por ser los más inteligentes, por tener un cerebro complejo y una inteligencia con capacidad simbólica, cuyo aprendizaje es a través de la observación e imitación de los demás miembros de la sociedad.
También somos seres emocionales, nos alegramos, nos entristecemos, nos enojamos, tememos miedo, nos sorprendemos de lo que pasa a nuestro alrededor. Las emociones como un estado fisiológico y una vivencia mental. Además, tenemos sentimientos como un estado emocional a largo plazo, más duradero y con vivencias complejas.
Pensamos, usamos imágenes, construimos conceptos, razonamos, tenemos autoconciencia y conciencia de lo que ocurre a nuestro alrededor. Tenemos voluntad, es decir intención de dirigir nuestros actos, nuestras acciones hacia un determinado fin práctico. Somos libres, es decir tenemos libertad para decidir lo que queremos hacer. Como dice Sartre: “el hombre está condenado a ser libre”. Pero también nos hace responsable de lo que elegimos. La ética como un acto voluntario y libre nos define como persona, nos da identidad personal. Somos personas como seres únicos que elegimos y actuamos.
El hombre solo puede desarrollarse y adquirir plena capacidad si vive en sociedad, si se relaciona con otras personas y con los elementos culturales que la sociedad le ofrece. Todos estos elementos culturales aprendidos lo adaptamos a nuestra personalidad, intereses y necesidades. Es lo que se denomina como socialización y es el origen de nuestra individualidad y libertad.
Lo social es una de las características de la vida humana que implica pluralidad, unión y convivencia. La familia, el Estado y la Nación constituyen esas entidades sociales.

Hay tres teorías que explican el origen de la socialización humana:


  1. Hobbes, Locke y Rousseau. Teoría del pacto o contrato social. La sociedad humana tiene su origen en un pacto o libre acuerdo entre individuos. Los hombres ceden parte de su libertad en favor de una estructura superior (Estado) que representa la voluntad general.
  2.  Hegel. Teoría naturalista. La sociedad es un todo orgánico que se constituye como la última fase de un proceso evolutivo de la realidad (materia o espíritu), que se rige por las leyes del determinismo universal.
  3.  Aristóteles y Santo Tomás de Aquino. El hombre es un ser social por naturaleza; el origen, causa eficiente o fundamento de la sociedad radica en la propia naturaleza humana que tiene como característica esencial su sociabilidad. Existe una inclinación natural del hombre a vivir en sociedad: politikón zoion: animal social y político.
En las sociedades actuales posmodernas coexisten diferentes culturas en un mismo espacio geográfico y social. Estas culturas cohabitan e influyen muy poco en las demás, donde existe equidad y respeto mutuo, es lo que se denomina como multiculturalismo  es una ideología o modelo de organización social que posibilita la convivencia de etnias, sean ellas culturales, religiosas o lingüísticamente diferentes.
Cuando la sociedad de acogida suele ser hegemónica y se establecen jerarquías legales y sociales que colocan en inferioridad de condiciones, se denomina etnocentrismo, porque valora como superior a la cultura propia frente a la ajena. Dificulta la comprensión de la cultura de otros pueblos y es la fundamentación para ideologías racistas o xenófobas.

El Relativismo cultural consiste en ponerse en el lugar del otro para entender su cultura.

Antropologia Filosófica. Línea de tiempo


Antropología Filosófica. Linea de tiempo


Modernidad y Postmodernidad

La modernidad fue la historia hecha por los hombres, fue la etapa de las acciones fuertes, de los imperativos fuertes, del hombre que hace la historia, que se compromete con ella, que representó a la civilización occidental, cuyas características principales han sido el capitalismo, el racionalismo, el individualismo, la civilización urbana, el progreso científico y tecnológico. Puede definirse como el proyecto de imponer la razón como norma trascendental a la sociedad caracterizada por la racionalización de la existencia, tanto es así que llegó a hablarse de la razón como si fuera una diosa.
Pero la modernidad llegó a su fin con el desenlace en las guerras mundiales y el genocidio nazi. Auschwitz implica un quiebre, una ruptura en la tradición de la cultura occidental. El hombre moderno que siempre idealizó a la razón humana como progreso o civilización, desencadenó en la barbarie que nunca imaginó, convirtiendo a la razón como instrumento para la muerte.
Max Horkheimer y Theodor Adorno, en su obra dialéctica del iluminismo, fueron los primeros en manifestar que la crisis de occidente es la crisis de la razón iluminista,  por lo tanto, la razón no es un principio abstracto, la razón es instrumental, en tanto es un instrumento utilizado por el hombre para su propio interés.
Luego, Lyotard en su libro la posmodernidad contada a los niños, continúa con la idea de los filósofos de la Escuela de Frankfurt, …todo lo real es racional, todo lo racional es real: Auschwitz ”…, y va más allá decreta la muerte de los grandes relatos (Cristiano, Marxista, Iluminista o racionalista y capitalista),  A partir de aquí se crea una estética posmoderna que dice: “los relatos han muerto”. Esta muerte de los grandes relatos implica que hay pequeños relatos. Los posmodernos le van a oponer a los grandes relatos, pequeños relatos. Con la posmodernidad surge una fragmentación de la historia.
Gianni Vattimo, fue el filósofo que propone el fin de los relatos fuertes o metafísicos y el comienzo de los relatos o pensamientos débiles que se explicitan como una forma de nihilismo.
El posmodernismo deconstruye la historia, dice Derrida. La deconstrucción viene a demostrar que la historia está fragmentada. Hoy, existe una multiplicidad de voces que crean un escenario que genera nuevos significados e identidades culturales, étnicas, sexuales, sociales, que tienen el derecho a expresarse y a ser escuchadas.
Inmerso en este contexto histórico, donde todas las verdades fueron de-construidas, donde no quedan utopías por la que luchar, dejó al hombre con una imagen con ciertas características: prioriza los sentimientos y la inteligencia emocional, por sobre la razón; pierde la fe en el progreso; cree sólo en lo que percibe de la realidad; le importa más lo vivencial, lo cercano; se deja llevar por la opinión mayoritaria mediática; es hedonista, su felicidad es fugaz y, por lo tanto, vive plenamente el momento, rinde culto a su imagen, le importa solo su apariencia física; es individualista, consumista.
El personaje mitológico Narciso es el símbolo del hombre posmoderno, por ser una alegoría del culto a la imagen.
¿Qué vendrá después de la posmodernidad? No sabemos. Hay mucho escepticismo al respecto. Para muchos la posmodernidad ya terminó. Otros piensan que la época actual es post-posmodernidad. Otros que es un período de transición, de cambio, de algo nuevo que se está gestando. Otros son optimistas y se animan a ponerle nombre: La nueva era del HT (ser humano-técnico). Como ser humano solo anhelo la concientización planetaria, porque es único y debemos cuidarlo para las generaciones venideras. “Sin planeta, no hay futuro”.


jueves, 1 de diciembre de 2016

Mito Zéus-Júpiter

INTRODUCCIÓN.

Cuando hablamos de mitos debemos introducirnos necesariamente en la cultura griega, como fuente de inspiración para poder comprender las diferentes explicaciones y repuestas, que se fueron encontrando a lo largo de la historia sobre el mundo y el hombre. El mundo helénico aportó una inmensa cantidad de fuentes para el estudio y recopilación de mitología que, alcanzó el apelativo de clásica, es decir, se transformó en la mitología modelo por excelencia, así como motivo de inspiración para la cultura romana. La teogonía está compuesta por varias generaciones de dioses, el origen de las divinidades está ligado a la creación del universo o cosmogonía y varios mitos relacionados con la creación del hombre, denominada antropogonía. Todos ellos surgen como un conjunto de relatos que recogen las creencias, y ritos, de la civilización helena sobre el origen del universo y del hombre. La recopilación de leyendas abarca todas las conocidas desde que comenzó a configurarse la cultura griega hacia el año 2000 a.C. y alcanzó su pleno desarrollo en el siglo VIII a.C, con la aparición de los poemas homéricos de La Ilíada y La Odisea y la Teogonía de Hesíodo.
Algunas preguntas fueron surgiendo a partir de la elección del tema para el ensayo final de materia Lengua II, (latín).
¿Qué es un mito? ¿Qué diferencias hay entre un mito y una leyenda? ¿Cómo influyeron los mitos griegos en la cultura romana? ¿Quiénes fueron Zeus y Júpiter?
¿Qué función cumplían los dioses? ¿Cuáles son las diferencias culturales griega y romana?
            Durante el desarrollo del tema elegido se irán dando respuestas a los diferentes interrogantes surgidos en esta investigación.

DESARROLLO.

Para los antiguos griegos, un mito era un tipo de relato: una historia contada entre los miembros de una familia, en la corte de los príncipes o en las plazas griegas. El mito consiste en contar una simple historia ligada a la cultura de un pueblo donde intervienen héroes y dioses. Generalmente, narrar el origen de una cultura construyendo su historia. Tradicionalmente, los mitos tuvieron mucha importancia y relación con las creencias y la vida religiosa. Cuando no existía la escritura el mito se transmitía de boca en boca (oralidad) de los más antiguos de las familias y luego pasaban a las ciudades. Con la invención de la escritura se fueron registrando en textos. En efecto, posee componentes alegóricos evidentes que refieren a una fuerza de tipo creadora o mágica que forma parte vital de la tradición que los genera. Los mitos, tienen así, una influencia importante dentro de las costumbres de una sociedad. La leyenda suele ser un relato maravilloso que algunas veces tiene origen en algún evento histórico, pero que suele estar enriquecido por numerosos elementos fantásticos. Es una producción literaria de creación colectiva, sobre la que existen diferentes versiones. Muchas de ellas han llegado a nuestros días incluso como auténticas piezas literarias. Narran los orígenes, características y nombres de lugares, plantas o fenómenos de la naturaleza. En ellas figuran héroes vinculados con la región en la que aparecieron.
Es imposible comprender y apreciar el patrimonio cultural de occidente, sin previamente tener un mínimo conocimiento sobre los mitos griegos. Sus personajes han sido en la historia, argumento literario, motivo escultórico o pictórico, pretexto musical y coreográfico. Todas las civilizaciones tuvieron sus mitos, pero hablar de mitología es hablar de Grecia. Era también una concepción del mundo en la que los griegos entendían la realidad. Los romanos (romanorum) al conquistar civilizaciones y territorios, no solo arrebatan los bienes materiales, sino que también se adueñan de los valores culturales  y religiosos de los pueblos asaltados, no solo arrebatan sus tesoros, sino que replican sus dioses. El emperador Augusto continuó la influencia helenística y abrió la puerta al genio romano. Esto ayudó a crear una conciencia romana. Virgilio cumplió el objetivo deseado por Augusto. La  Eneida es un poema épico, pues narra en verso las hazañas de Eneas, desde Troya al mundo occidental, para cumplir con la voluntad divina del destino del mundo; nacional: se afirma la independencia del espíritu romano del griego y religioso: expresa en frases religiosas la filosofía del pensamiento y produce un humanismo  (humanitas)  romano (romanitas). Una vez dominada la Magna Grecia, hicieron suyas las creencias y la mitología griega, también rindieron culto a divinidades orientales. Los romanos eran politeístas, creían en muchos dioses, con características propias que los diferenciaban de los dioses griegos. Solamente podemos afirmar que Júpiter era igual a Zeus, eran solo dentro de la interpretación que se hace de ello. Las características de los dioses romanos, son propias de Roma, pero con la idea que tenían los romanos de integrar a la cultura griega, consideraban que eran los mismos dioses bajo distinto nombre. Los dioses venían a explicar todo aquello que los seres humanos no lograban entender. Los terremotos, las cosechas, el comercio, la maternidad y la salud, dependían de ellos. Todo esto eran sus preocupaciones habituales y les solicitaban a los dioses la solución de estos problemas. La pax deorum, la paz de los dioses era fundamental para el equilibrio en el cosmos. No era una sola función que tenían los dioses, sino que tenían una multiplicidad de funciones. Por ejemplo, Júpiter siempre era un dios del cielo desde la tradición indoeuropea, pero después sus funciones fueron aumentando. Para los griegos los dioses existieron antes que los humanos, el culto a los dioses habían existido desde siempre, en cambio en los romanos, el culto fue creado en cada época histórica por un fundador concreto. Los dioses iban surgiendo conforme eran necesarios. El dios Zeus, una divinidad de la segunda generación de los dioses que habitan en el Olimpo, que arrebata el poder celestial a su despótico padre Cronos para implantar un reinado marcado por sus andanzas de dios tan poderoso como atractivo y de hombre tan alegre como incansable en sus pasiones. Zeus fue el más importante de los hijos de Cronos, dios del tiempo, y Rea, diosa de la fertilidad. De hecho, su nacimiento fue crucial, porque marcó la lucha entre la decisión de su madre de salvarle la vida a toda costa y la obsesión de su padre por devorarlo. Cronos quería evitar, sin importarle los crueles medios que tuviera que usar para ello, la profecía de sus padres. Los dioses Urano y Gea, que anunciaba que sería uno de sus propios hijos quienes terminarían por arrebatarle el trono. Su padre temía ser destronado por uno de sus hijos por lo que los devoraba cuando nacían. Sin embargo, Rea, harta de tanta muerte, cuando nació Zeus envolvió una piedra entre pañales y se la entregó a Cronos quien vomitó a sus hermanos. Así, Zeus y sus cinco hermanos y hermanas ganaron la guerra que se originó frente a los titanes que fueron expulsados a los abismos del Tártaro, en los más profundos del submundo. En esta guerra Zeus, fue ayudado por los Hecatónquiros y los cíclopes, liberados de la prisión en la que Cronos los había dejado. Desde entonces, Zeus, Poseidón y Hades se repartieron el dominio del mundo. Otras versiones afirman que la existencia de Zeus fue descubierta y que Titán culpó a Cronos de perjurio declarándole una guerra y encerrándolo. Según dicha leyenda, cuando Zeus creció se apiadó de él y logró vencer a Titán y dar el trono a su padre, pero Cronos seguía recelando contra Zeus por lo que lo persiguió sin tregua, aunque sólo le valió para que éste y sus hermanos se unieran frente a él, logrando así el poder, definitivamente. Zeus, inició la generación de los llamados dioses olímpicos, instaurando toda la corte de dioses y diosas que en él habitaban. Su poder también fue disputado por los gigantes y por los Aloadas pero, finalmente, la lucha siempre se decantaba del bando de los olímpicos. Durante uno de esos primeros intentos, llamado Gigantomaquia, su gobierno fue disputado por los gigantes, hombres de colosal tamaño, con cincuenta cabezas y piernas y que era sus enemigos. Se organizó una guerra entre dichos gigantes y los dioses del Olimpo y los primeros lograron la supremacía durante mucho tiempo, pero, con grandes esfuerzos, los dioses abandonaron la guarida en Egipto a la que habían huido, salvo Dioniso, y con la ayuda de Hércules, vencieron a los Gigantes. Sin embargo, se abrió una época de crimen en el mundo en el que tiranos y reyes ejercían todo de tipo de derechos, injustos para los demás y Zeus decidió enviar un diluvio que destruyó a la raza humana salvo a Deucalión y a su mujer, quienes pudieron crearla de nuevo.
Zeus adoptó el nombre de Júpiter en la cultura romana y es el quinto planeta del Sistema Solar. Cómo máximo dios del Olimpo, no cabía otra posibilidad de que diera identidad al planeta más grande. Cerca de su hijo Marte (Ares) para aplacar con sus retos la irascibilidad del dios, también es vigilado por el otro flanco por Saturno, su padre. Asimismo, Júpiter posee varios satélites, de los cuales nos quedaremos con Europa y Ganímedes. Ambos son personajes de la Mitología Griega que fueron secuestrados por Zeus y que hoy “descansan” a su lado como satélites. La primera fue raptada por el dios transformado en un toro blanco que apareció desde las profundidades del río dónde la hermosa joven se bañaba, mientras que el segundo fue apresado por su belleza. Posteriormente ocupó el cargo de copero de Zeus en el Olimpo.
Antes de todo existió el Caos. Después Gea, la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los Inmortales... Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche... Gea dio vida primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses”. Hesíodo, Teogonía, 117-132.
“Antes del mar, y de la tierra, y del cielo que todo lo cubre, en toda la extensión del orbe era uno solo el aspecto que ofrecía la naturaleza. Se le llamó Caos... y donde quiera que había tierra, había también aire y agua...”. Ovidio, Metamorfosis.

CONCLUSIÓN.

A los pueblos se los conoce y se los juzga por su historia y a los griegos se los debe de estudiar con el propósito de comprender su riqueza literaria. La mitología griega ha ejercido una amplia influencia sobre la cultura, el arte y la literatura de la civilización y sigue siendo parte del patrimonio de la humanidad y lenguaje cultural occidental. Poetas y artistas han hallado inspiración en ella desde tiempo atrás hasta hoy en día para tratar de entender la complejidad de los temas mitológicos. A los romanos se los conoce o se los juzga por sus hechos (res gestae), ellos sintieron la existencia de una fuerza ajena al hombre (individual o colectiva) a la cual subordinarse voluntariamente para vislumbrar el fin de esa fuerza superior, por ejemplo, un general romano celebraba su triunfo después de una campaña victoriosa, cruzaba la ciudad desde las puertas hasta el templo de Júpiter y allí ofrecía al dios …“los triunfos que Júpiter había logrado por mediación del pueblo romano” (Cita del texto Los Romanos. Pag. 12.)
Para poder entender la historia del pueblo romano es necesario conocer su mentalidad de soldado-campesino. El vigor y la tenacidad del campesino son necesarios para el soldado; su habilidad práctica contribuye a hacer de él lo que el soldado romano debe de ser: albañil, zapador, constructor para abrir caminos para construir lo que finalmente se terminó convirtiendo el gran imperio que domino durante siglos a Europa y parte de Asia y África.
…“Aunque Roma conquistó militarmente Grecia, fue Grecia la que conquistó culturalmente a Roma"… [1]
            Las dos culturas griega y latina definen el mundo occidental del cual formamos parte, pero particularmente la latina impregna nuestra sangre, nuestros hábitos, costumbres, leyes y nuestra lengua española. 
Bibliografía:

ü   Jorge Halperin. “Mentiras verdaderas”. Ed. Atlántida. 2001.
ü  R.H, Barrow. Brevarios. “Los Romanos”.  Fondo de Cultura Económica.
ü  Juan Richepin, “Nueva mitología griega y romana”. Ed. Musa. 1990.
ü  Carlos García Dual. “Introducción a la Mitología Griega”. Ed. Alianza. PDF.
ü  Robert Graves. “Dioses y héroes de la antigua grecia”. Millenium. PDF.
ü  Ovidio. Metamorfosis. Libro I. PDF.
ü  Hesíodo. “Teogonía”. Luz, molécula y vida. Univ. de Salmanca.2007/8. PDF.
ü  Video: Documental: “Orígenes del Latín”II. (La fundación de Roma.

        Juan Carlos Boscoscuro.



[1] Del texto bíblico a una aplicación contemporánea. Douglas J. Moo. https://www.amazon.com/Comentario-b%C3%ADblico-aplicaci%C3%B3n-Romanos-contempor%C3%A1nea-ebook/dp/B005EGNEXU.