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lunes, 31 de marzo de 2014

¿Qué es la filosofía?


El origen de cómo nace la filosofía nos da la pauta de ¿qué es hacer filosofía?.
La filosofía deviene del griego y significa disposición al saber, búsqueda del saber, amor a la sabiduría. Es una actitud interrogativa respecto de lo real. Los griegos dicen que la filosofía nace del asombro, de asombrarse de aquello que parece lo común, lo cotidiano o lo extraordinario, nos invita a pararnos por un momento, detenernos y hacernos preguntas que normalmente no nos hacemos. ¿Cuál es lo propio de una pregunta filosófica? es que desde el asombro nos invita a este detenernos al ocio. No en el sentido de estar ociosos sin hacer nada. Sino en el sentido del negotium, no es un negocio que está todo el tiempo en movimiento, sino que es pararse, asombrarse e interrogar. Interrogar acerca de todo lo que existe, la interrogación filosofía es respecto a todo lo que es y es además una pregunta radical, que pretende ir a las raíces de las cosas, no eludir las dificultades e instalarse en este asombro, instalarse en las cosas del mundo, las cosas que nos asombran a nosotros y lo que nos asombran de los demás. Nace como un intento de pregunta radical que apunta a la totalidad y que busca en su origen  lo que se llama un principio constitutivo, un elemento unitario, a partir del cual, cuenta la realidad, esto se llama arché. La filosofía nace como la búsqueda de este principio unitario.


La filosofía antigua se da cuenta de la totalidad de lo existente, a través de la propia naturaleza, la physis, que es el punto de partida a través del cual los filósofos pretenden dar cuenta racional de lo qué es. De aquí viene la extraordinaria palabra que es el logos, que significa en griego al mismo tiempo, razón y palabra, razón y discurso. Entonces, es dar cuenta racional de lo que existe a través de principios y originalmente el primer principio constitutivo es el agua, el fuego, el aire, etc.
En este contexto aparece la figura de Sócrates, que va a ser el filósofo que baja la filosofía del cielo a la tierra. No busca ese principio unitario, sino que entra a la polis, a la ciudad, a la comunidad. Sócrates es el filósofo que comienza a indagar entre sus conciudadanos (jueces, médicos, políticos) sobre ¿qué es la justicia?, ¿Qué es la salud?, ¿qué es la medicina? ¿qué es la política? ¿ qué es la buena vida en la  comunidad?. El filósofo convierte a la filosofía en una interrogación al interior de la comunidad ética. Sócrates convierte el quehacer filosófico en una permanente actitud de exámen. Dice Sócrates: “una vida sin examen, es una vida que no merece ser vivida”. ¿Y que es examinar? Es examinar todas aquellas grandes certezas, nuestros grandes conocimientos y Él las cuestiona, las pone en duda. Incluso con su ironía deja ridículo al que más sabe.
Este aterrizaje de la filosofía en la polis hace del filosofar un quehacer crítico, compartido en el ágora, en la plaza pública.
Los discípulos de Sócrates, Platón y Aristóteles siguen buscando interrogando sobre esta vida práctica humana, la vida comunitaria, la concepción ética de lo que es el bien, de lo que es la justicia. Pero también apelan a una instancia más sólida que es la metafísica (ir más allá de la física), buscando ideas, buscando la substancia, buscando el ser, para tener un mundo más estable, un mundo menos sometido a la contingencia. El modo de interrogación que nace en ellos es el que persiste, por ejemplo, en nuestros debates contemporáneos.
Aristóteles frente al intento Platónico quiere distinguir modos de ser distintos, modos de ser racionales. Somos racionales haciendo matemáticas, físicas; pero también somos racionales cuando tomamos decisiones éticas y políticas, es la deliberación, sopesar, discutir, argumentar y luego poder juzgar o tomar decisiones. Hay un interés en ellos un interés de pensar la vida práctica humana, pensar la ética, la política, la justicia.
Para Sócrates el filósofo era como el partero de la ciudad, despertar la ciudad con el nacimiento de las ideas, del concimiento. Está crítica filosófica es el separar, poner las cosas en su lugar y luego juzgar.

Esto es lo que se denomina el Pathos del nacimiento de la filosofía.


lunes, 17 de marzo de 2014

Kant. Crítica de la razón pura

Descartes inaugura la filosofía idealista, que parten del sujeto en su tarea de conocimiento de la realidad. En el idealismo el sujeto es aquél que constituye al objeto.
Kant es un filósofo que sucede al pensamiento de Descartes. Kant tiene otra relación con la realidad externa. La realidad externa de Kant no era como la de Descartes que pertenecía a la monarquía. La realidad externa en Kant es algo que está por ser atrapado, dominado o tomado por la clase social hegemónica del capitalismo que es la burguesía. El sujeto kantiano no va a ser ajeno al objeto. Kant no va a recurrir a ninguna veracidad divina. El sujeto kantiano constituye al objeto, lo hace suyo, lo crea.
El iluminismo es una filosofía que parte de la razón como la luz por eso es que se denomina iluminismo. Las luces de la razón. La razón es aquél poder capaz de organizar toda la realizar. 

Los filósofos más reconocidos del iluminismo fueron D´alambert, Diderot, Rousseau, Voltaire. La
razón ordena la realidad. Un iluminista es alguien que está tan seguro de lo que la razón le dice y se siente validado para imponer su razón a los hechos y modelar la realidad de acuerdo a lo que su razón le dice. 
La diosa razón es la que crea la realidad porque se subleva contra la realidad, por eso la razón es revolucionaria.
Esto es el fundamento de la filosofía kantiana.
Kant es un filósofo que parte de David Hume, pero a la vez algo distinto de este filósofo. Empirista inglés. Quiere conocer los fundamentos del conocimiento. Conocer el conocimiento. Crítica a la razón pura significa conocimiento de la razón pura. La palabra crítica está empleada en su sentido estricto. Crítica en este sentido no es juzgar, sino que significa conocimiento, “Alcances y límites de la razón pura”. Kant parte del sujeto cognoscente del “sujeto que conoce”. Ese sujeto para conocer necesita que algo se le presente en la experiencia. Aquí es donde Kant se remite a Hume.
Para Hume no había posibilidad de fundamentar la ciencia ni el conocimiento, las cosas ocurrían por el hábito, ocurrían porque ocurrían, la explicitación del concepto de causalidad de Hume es lo que nos va a permitir entrar más profundamente en su pensamiento. A determinadas causas, se producen determinados efectos. Esto es así por la noción de hábito, habitualmente cuando hay nubes en el cielo llueve. Se basa en una noción cotidiana de hábito. “Las cosas ocurren así, porque han ocurrido así siempre y estamos acostumbrados a que ocurran así”
Esto de Hume no satisface a Kant, porque él quiere fundamentar la ciencia, un pensamiento científico que demuestre efectivamente cómo funciona la razón humana.
Kant va a dar un paso fundamental que se llama su giro copernicano. En lugar de partir del objeto (como lo hace Hume, que parte de la empiria). Kant va a partir del sujeto. Es el sujeto el que va a darle forma al objeto. Al sujeto se le presentan cosas en su experiencia, lo que hace el sujeto es conocer al objeto y conociéndolo le da forma. Solo hay objeto para el sujeto cognoscente. Al estudiar a Kant, la razón humana, encuentra en ella que dentro de la sensibilidad de la estética están las intuiciones de espacio y tiempo. Todos los objetos se nos presentan en el espacio y en el tiempo. El espacio y el tiempo los pone el sujeto, son los modos en que el sujeto puede conocer a los objetos. Es el sujeto el que construye al objeto, esto es el giro copernicano, se parte de un sujeto constituyente. El sujeto constituye la realidad.
Luego Kant analiza el entendimiento y analiza las categorías del entendimiento y dentro de ella entra toda la realidad. En el entendimiento están las categorías de unidad, de cantidad, de pluralidad, etc.
Se trata de una filosofía idealista que parte del sujeto cognoscente y desde este sujeto se constituye la realidad. La realidad es lo que el sujeto construye a partir de sí.
El formalismo Kantiano constituye una forma que es el mundo de la experiencia posible, aquella que el sujeto asume para sí como posible. Esto acerca mucho a Kant y a Descartes que parte de la subjetividad y Kant va mas allá. 
Descartes partía de la certeza de la subjetividad cogito ergo sum “pienso luego existo”. La única certeza que tiene es la del propio Yo, la del ego, la de la propia subjetividad y para tener la certeza de la realidad externa, Descartes le pide permiso a Dios. Si hay cosas allí afuera es porque Dios las puso ahí. Kant da un paso fundamental y dice: “si hay cosas allá afuera, es porque hay un sujeto cognoscente que les da forma”.

El mundo tiene una forma, tiene un orden porque el sujeto cognoscente le da esa forma. Hay un mundo porque el sujeto lo conoce. Kant no necesita a Dios, no necesita la veracidad divina. El mundo que el sujeto conoce es el mundo que el sujeto construye. Este es el mundo de la experiencia posible. Hay otro que es el mundo de una experiencia que para el sujeto es imposible que es en sí las cosas. Esto a Kant no le interesa, porque lo que las cosas sean en sí, el sujeto no las puede conocer. Lo que el sujeto sí puede conocer son lo que las cosas son para él.
La cosa en sí, aquello que es incognoscible para el hombre ha tenido influencia en Freud en cuanto al inconsciente, aquello que el hombre no domina y que frecuentemente domina al hombre.
Jacques Lacán hace una división entre la realidad y lo real. La realidad es todo el mundo que está simbolizado. El mundo de la simbolización es la realidad  (ejemplo: señales de tránsito). Ahora lo real es lo que no sabemos que es, es algo que no está simbolizado. Lo que angustia es la idea de no signficación, no sabemos lo que es la cosa en sí, el inconsciente nos puede dominar, pero nos domina, porque no conocemos al inconsciente. Y lo real en Lacan no sabemos qué es lo real. Vemos que hay una realidad totalmente simbolizada.
En la literatura, hay un cuento que habla de un nieto que va a la casa de la abuela y la casa tenía muchas puertas, pero la abuela le dice al nieto que puede abrir todas las puertas, menos una. El nieto le pregunta: ¿por qué? ¿qué hay detrás de esa puerta?. Y la abuela le responde que detrás de esa puerta no hay nada. El nieto comienza a preguntarse qué hay detrás de esa puerta, si hay una fortuna, un tesoro, se le ocurren una y mil cosas. La abuela tiene la llave escondida en algún lugar de la casa. El nieto agarra un cuchillo y finalmente mata a la abuela y empieza a buscar la llave. Pasa varios días buscando la llave y finalmente la encuentra, va hacia la puerta, la abre y se encuentra con que no hay nada y se vuelve loco.



Este cuento revela muchas cosas. Lo que expresa este cuento es que la ausencia absoluta de algo, es decir la nada, lo que había en la habitación era absolutamente inquietante para la razón humana, porque está acostumbrada a la presencia no a la ausencia.
Cuando Kant habla de la cosa en sí, lo que está diciendo es que aquello que lo que en sí mismo sean los objetos es incognoscible para la razón humana.
Kant dice que todo conocimiento parte de la experiencia pero no se reduce a la experiencia. Sobre esa materia el sujeto impone el espacio, el tiempo y las categorías del entendimiento. El sujeto le da forma al objeto. La materia no es el objeto, es la materia. Lo que es el objeto lo es, cuando el sujeto le da forma.
Las categorías del entendimiento de Kant nos podría llevar a Aristóteles. Para Aristóteles las categorías eran categorías de la realidad, de aquello que estaba ahí. En cambio en Kant, las categorías de unidad, pluralidad, totalidad, realidad, negación, son categorías del sujeto, no son categorías de la realidad. Para Kant el sujeto constituye el mundo que conoce. Hay un mundo de la experiencia posible y un mundo que Kant llama nouménico, que es el mundo que no podemos conocer y no está al alcance del sujeto. Hay un esquema constitutivo que parte del sujeto.
Cuando un artista pinta un cuadro le da forma a la realidad, le da la forma que el artista quiere darle a su pintura.
Las filosofías llamadas idealistas parten del sujeto cognoscente para darle forma al mundo que el sujeto pretende conocer.
Kant va a decir que “la razón le dicta leyes a la naturaleza”, es decir que las leyes las puso el sujeto al conocer la naturaleza. El sujeto puso las leyes que rigen en la naturaleza. Es una naturaleza que el sujeto ha constituido con su saber, con su capacidad cognoscente. A esto Kant lo denomina “Sujeto Trascendental”. Quiere decir que la razón es constitutiva de un mundo que crea para que ella pueda conocerlo.
Esto es el idealismo filosófico que entroniza al sujeto y subalterniza a la materia. La materia deviene objeto cuando el sujeto le da forma.
Las filosofías materialistas son distintas, por ejemplo Marx no va a aceptar este esquema cognoscente Kantiano. Marx va a decir que el sujeto es un reflejo de la realidad. Todos somos el contexto histórico en el que surgimos. La materialidad precede al sujeto y la que lo forma y lo condiciona. Esta es la crítica que se le hace a Kant desde el materialismo histórico.

También hay una crítica desde la fenomenología de Edmund Husserl, que va a decir que el sujeto está arrojado sobre la realidad, pero no de un modo cognoscente, sino existencial. También lo va a marcar Heidegger y Sartre. Para Sartre el sujeto está arrojado hacia el mundo, el sujeto tiene una relación existencial. Lo que hay es conciencia-mundo.




La filosofía es arte y belleza. Es hacer entrar al que lee en la belleza del pensamiento.


lunes, 10 de marzo de 2014

El pensamiento de Descartes.


Hay dos grandes descubrimientos Colón descubre América y Descartes descubre la subjetividad. Los filósofos han vivido en los procesos históricos, que ellos han expresado y dinamizado con su pensamiento.
Colón descubre América para el capitalismo. América existía pero no existía para los ojos del capitalismo mercantilista, con lo cual se incorpora a América al mundo europeo. Se establece un sistema mundo.
Este sistema mundo requiere a un protagonista y este protagonista es el hombre. Es el hombre el que sale a mostrar nuevos mundos.
El hombre medieval nunca hubiera buscado nuevos mundos, porque el mundo medieval era un mero lugar de pasaje en camino al reino de los cielos.
El hombre de la modernidad sale a buscar nuevos mundos. Este es el hombre capitalista. Este hombre necesita tener una subjetividad, necesita pensarse a sí mismo. Necesita saber quién es él. Necesita conocer la realidad exterior.
Descartes parte de una concepción de la filosofía como duda. Demuestra la existencia del pensamiento, pero no pudo demostrar la existencia de las cosas externas. Lo que hizo Descartes es poner al hombre en la centralidad. El hombre es el centro. El hombre es ese sujeto capitalista de la historia. Nace el humanismo.  El hombre ocupa la centralidad y desplaza a Dios. El humanismo parte del hombre. Descartes parte de la subjetividad del hombre.
El humanismo: “es una concepción que hace del hombre el punto de partida epistemológico central”.
Epistemológico es todo aquél pensamiento científico de la realidad. El humanismo es esa concepción que parte del hombre como sujeto centrado, a partir del cual es posible conocer todo lo que hay en el mundo, a través del pensamiento, que es el origen de todo posible filosofar. Descartes justifica metodológicamente, epistemológicamente y filosóficamente que la realidad externa existe, a través del pensamiento.
Uno de los problemas que plantea Descartes es que puede demostrar que existe el pensamiento, pero no puede demostrar la existencia de las cosas. Todas las cosas que están afuera existen porque si no existieran, Dios nos estaría engañando. Dios es infinitamente veraz, es incapaz de engañar y si podemos ver todas esas cosas es porque Dios no nos engaña. 
Descartes introduce la figura del genio maligno y dice: “podría haber un genio maligno que me engañara y todo lo que está afuera no existiera” sin embargo, la veracidad de dios es más fuerte que el poder del genio maligno y no se puede dudar de la veracidad divina. Descartes concluye diciendo que: “todo aquello que está allí afuera, la Res extensa,  la cosa externa tiene que existir, porque si no existiera, Dios me estaría engañando”, y cree en la veracidad divina.
Como vemos metodológicamente descartes se contradice porque para demostrar la existencia exterior de las cosas se remite no al pensamiento, sino al viejo pensamiento divino medieval, se remite a Dios; y acá está su contradicción para demostrar la realidad externa, termina remitiéndose a dios.
La subjetividad como principio fundante de la filosofía y como elemento a partir del cual se puede demostrar la existencia de la realidad externa. 

El cogito cartesiano va a ser cuestionado en la historia y el más importante fue realizado por Sigmund Freud. El golpe se lo da el psicoanálisis freudiano con la existencia del inconsciente. Hay cosas que el sujeto cartesiano ignora y es el inconsciente: es todo aquello que no pasa por la conciencia o razón. No puede ser ni conocido ni controlado por la conciencia. La conciencia del hombre está dividida en dos partes y una de ella nos lleva a hacer actos que no queremos hacer, conductas repetitivas que no queremos tener (inconsciente).


Freud produce la primera gran herida del narcisismo del cogito cartesiano y es la existencia del inconsciente.
Retomando el problema de probar la existencia de las cosas. Descartes lo resuelve diciendo que Dios existe. Y la existencia de Dios la demuestra diciendo que existe la idea de la perfección. Los sujetos no son perfectos, por lo cual alguien que es perfecto (Dios), la puso en los sujetos. La demostración de la existencia de Dios está hecha a partir de la subjetividad y la demuestra a partir del cogito cartesiano. Dado que existe en la subjetividad, en el pensamiento, en el cogito la idea de la perfección, debe de existir un ser perfecto. Demuestra la existencia del ser perfecto porque existe en la conciencia la idea de la perfección. Es desde el pensamiento que Descartes demuestra la existencia de Dios.
Durante la edad media no existía la filosofía, porque la verdad les era revelada por dios (teocentrismo), no se buscaba la verdad porque solo bastaba creer en dios, leer los textos evangélicos para tener todas las respuestas. Había una promesa religiosa de que el sufrimiento de la tierra era para llegar al reino de los cielos, donde el hombre encontraría la plenitud de la felicidad. Todo estaba resuelto no había preguntas que hacer porque dios daba respuestas a todas las preguntas. La edad media se caracteriza porque durante su período de casi XVIII siglos, la historia quedó detenida, por no eran los hombres los que hacían la historia, se sometían a la veracidad divina, el que hace la  historia es Dios. Y si a esto le agregamos el poder terrenal de la inquisición, el hombre solo se dedicaba a trabajar la tierra, no necesitaban buscar la verdad de las cosas porque era revelada por Dios. Las preguntas, incertidumbres o dudas de los hombres las hacían durante su confesión en la iglesia. El poder pastoral es el poder de los representantes de la iglesia en el confesionario.  El poder pastoral del que habla Foulcault, es el poder de la confesión y luego este poder pastoral va a ser reemplazado por el poder del Estado Moderno el que a través de las ciencias, las prisiones, los manicomios, el psicoanálisis representa ese poder pastoral. La confesión que el hombre medieval le hacía al cura es muy similar al que el paciente le hace al psicoanálisis.
Para Foulcault el poder del Estado moderno está en las nuevas instituciones que aparecen con la revolución industrial y que él denomina como “instituciones de secuestro”.
El descubrimiento de América significa la decisión del hombre de ir a la conquista de los territorios nuevos, a través de la empresa capitalista para expropiar América. La conquista española, significó la muerte de 50 millones de indígenas. Este genocidio americano hecho por la Europa capitalista. Los piratas ingleses saqueaban y robaban los barcos españoles que se llevaban los metales de América a España y lo llevaban a Inglaterra para financiar y desarrollar el incipiente capitalismo europeo.
Descartes viene a poner al hombre en la centralidad, desplazando a Dios, que ya no es más el centro que revela la verdad a los demás hombres. Ahora es el hombre el centro, en tanto pensamiento, sujeto, subjetividad.


Lo que dice Descartes es que el sujeto capitalista al cual él representa se define por la subjetividad. Ahora es el sujeto el que da fundamento a todo lo existente. Sujeto es todo aquello que subyace de todo lo que existe. El pensamiento es todo decurso filosófico, el punto de partida del razonamiento.
Descartes nos está diciendo que el hombre se está adueñando de la historia, así es como surge el renacimiento.
El  discurso  del  método,  es  el  libro que
Descartes escribió en 1637, es la base del pensamiento de la revolución burguesa de 1789 y con la revolución francesa es donde el hombre se pone en la centralidad y es el hombre de la burguesía capitalista el que comienza a hacer la historia.
Descartes es el héroe del capitalismo burgués, porque se atrevió a dudar de todo, y dejó de pensar en Dios como todo principio supremo, con él surge la subjetividad capitalista, La burguesía es el elemento fundante de toda la realidad. 
Descartes fue el que dio origen de ese proceso histórico de la toma de la Bastilla y el decapitamiento de Luis XVI (símbolo de la finalización del Medioevo) y el surgimiento de la revolución burguesa.
El pensamiento de Descartes subvierte el orden establecido, fue el que cuestionó el orden instaurado de la teología medieval, cuestiona el orden de la iglesia y el orden de la inquisición y da surgimiento al pensamiento de la Ilustración con la burguesía.
La filosofía es la historia de los desarrollos históricos, en los cuáles los filósofos forman parte de ello. Descartes es aquél filósofo que descubre la subjetividad capitalista y se da un proceso histórico donde el descubrimiento de América, Copérnico, Galileo, Giordano Bruno, cuestionan el orden de la teología medieval. Se parte del sujeto que es el punto indubitable  del surgimiento  del conocimiento de la realidad. “Pienso luego existo”. Es lo que se denomina a las filosofías idealistas, que parten del Yo para conocer la realidad.



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