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viernes, 7 de junio de 2013

Ser y Tiempo. Heidegger.



Heidegger fue el filósofo más importante del siglo XX. El libro más importante es “Ser y Tiempo”. La importancia de este libro es que termina con las filosofías basadas en el conocimiento, gnoselógicas. Ser y Tiempo es un libro existencial, es decir el hombre (Dasein) Ser ahí, el ser va a estar arrojado eyectado al mundo, con lo cual Heidegger evita por completo el esquema de la teoría del conocimiento (Descartes, Kant, Hegel), donde hay un sujeto y un objeto. Con Heidegger no hay mas sujeto y objeto. El Dasein no es el sujeto Kantiano, es el hombre existencial, el que se angustia, el que muere, el hombre que puede tener una vida auténtica o inauténtica, es decir Heidegger vuelve a poner la temática en el tema del ser.



La pregunta que Heidegger se formula es ¿por qué hay algo y no más bien nada? La respuesta es muy difícil de encontrarla. Pero como hay algo y lo que hay es Ser. Para Heidegger la filosofía tiene que preguntarse por el Ser. El hombre, el Dasein, el hombre arrojado al mundo… Ese Ser se pregunta por el Ser.


Diferentes filósofos han estudiado a Heidegger y todos concuerdan en que hay dos Heidegger: 1º) el del Dasein; y el 2º) es el que se pregunta: ¿por qué el ente humano ha olvidado al Ser? Y dice que el hombre olvida al ser para consagrarse al dominio de los entes, es decir al dominio de las cosas. La sociedad actual ha olvidado al ser, no se pregunta por él ser y se concentra en el dominio de las cosas.
En Ser y Tiempo Heidegger se propone responder por la pregunta por el Ser. Hay un ser que se pregunta por Ser y ese Ser es el Ser-ahí. El Ser-ahí es el ahí de la pregunta por el ser ¿por qué hay Ser? Esto hace que Heidegger le dé un lugar privilegiado al hombre. Ser y tiempo es una ontología del hombre. 

La ontología es el estudio de las cosas que son. Lo que es el ser. También hace una antropología del hombre. Ser y Tiempo es una antropología existencial. Heidegger dice: “El hombre es el Ser al cual le preocupa su Ser”. El hombre se angustia por su Ser y se pregunta por el Ser. El Ser ahí es el ahí del Ser. En el Ser ahí se pregunta por el Ser. Es el Ser que siente la presencia de la nada, que siente la inminencia de la muerte, se angustia. Es un Ser para la muerte porque sabe que va a morir. El Dasein es el Ser que sabe que va a morir. Que tiene infinitas posibilidades en su futuro, pero en todas sus posibilidades está la posibilidad de morir. El Dasein es un ente existencial, que está devorado por el mundo.
Edmud Husserl, es el creador de la Escuela Fenomenológica que busca salir de ese sujeto que residía en sí mismo. Descartes decía: “Pienso luego existo”, parte de la interioridad del sujeto. Husserl no dice que el hombre parte de su interior, sino que ese hombre esta arrojado hacia afuera. Se parte de una relación sujeto-mundo. Esta es la concepción que Heidegger toma de su maestro Husserl, que es la concepción fenomenológica. La conciencia es intencional, porque la conciencia va más allá de sí misma. Por eso Sartre va a decir “El Hombre es nada”, justamente al no haber en el hombre como punto de partida esa subjetividad constituyente que había en Descartes “Pienso luego existo”, ¿por qué hay cosas afuera? Porque yo pienso las cosas que están afuera. No, no hay cosas afuera y hacia esas cosas el hombre está eyectado, está arrojado hacia sus posibles, porque el hombre no es realidad es posibilidad.
El Dasein es el que establece las relaciones en el mundo, las cosas se relacionan entre ellos porque hay un proyecto humano. Podemos tener un cuadro, un clavo y un martillo, estas tres cosas son insignificantes, pero si viene el Dasein y cuelga el cuadro en la pared, entonces ahí se establece la relación entre el cuadro, el martillo y el clavo.

La naturaleza no tiene historia. Si un volcán erupciona es un hecho más de la naturaleza, pero si a los pies de ese volcán esta la ciudad de Pompeya, es una tragedia. Son los proyectos del hombre los que le dan tragicidad a la naturaleza. El petróleo no le interesaría a nadie, si no fuera porque sirve para combustible a los automóviles. Si no hubiera petróleo en Irak, EEUU no estaría invadiendo allí, estaría en otro lugar. Es el proyecto humano el que le da importancia a las cosas del mundo. El hombre es el que trae un sentido al mundo.   


El modo de Ser del Dasein es el Ser-en-el-mundo, a estos modos de Ser, Heidegger los llama existenciarios y el primero es Ser-en-el-mundo. ¿Hacia qué está arrojado el Dasein? El Dasein está arrojado hacia sus posibilidades. Una piedra es una piedra, en cambio un ser humano siempre está deseando ser otra cosa. Está proyectándose a ser una posibilidad. Somos nuestros posibles. Podemos elegir una serie de posibilidades, podemos ir al cine, al teatro, viajar, estudiar, etc; pero hay una posibilidad que es la posibilidad de todas esas posibilidades, que está en cada una de esas posibilidades y que es la posibilidad de morir. La muerte es la posibilidad de todas las posibilidades.



Este va a ser uno de los aspectos de las filosofías existencialistas. Heidegger tiene un antecedente de Soren Kierkegaard, de un libro que se denomina “El concepto de la angustia”, que leyó intensamente y que en una de sus partes dice “El Hombre es ese Ser que se angustia”, y es más profundamente hombre cuanto más se angustia. La angustia proviene de la experiencia de la nada que es la muerte. La nada produce la angustia porque revela la finitud del hombre. Todas las posibilidades que tenemos pueden estar imposibilitada por la muerte. El hombre es un ser para la muerte. El hombre se pasa la vida ocultándose de que es un Ser para la muerte.



La muerte revela la angustia y la angustia revela la nada y la nada revela la muerte, entonces el hombre quiere negarla ocultarla, y la niega a través de lo que Heidegger denomina Existencia Inauténtica,  consiste en negar que ese hombre es para la muerte.
El Dasein inauténtico se entrega al mundo del SE, SE DICE. SE DICE que hay que leer los libros de…, SE DICE que hay que ver tal película…, que hay que ver tal programa de TV, que hay que leer tal diario. Es decir que el Dasein inauténtico está determinado desde afuera y lo acepta. Vive una vida totalmente pasiva, vive en el mundo de de lo anónimo. El Dasein necesita unirse a ese mundo anónimo para ser uno más y no pensar por sí mismo y no darse cuenta que la muerte en algún momento va a ser una experiencia suya, y que nadie puede morir por él.

El Dasein consagra su vida negando la muerte, que eso les pasa a los otros. Cuando alguien muere ya no es, se transforma en una cosa, un espectáculo, como se convierte el entierro de un muerto. La muerte como espectáculo es la negación inauténtica que el Dasein hace de la muerte. La muerte es algo que le ocurre a los otros, es un espectáculo, está afuera de nosotros, forma parte de lo anónimo. Es un mecanismo para negar la muerte.



La existencia auténtica, está fundamentada en la aceptación de la finitud. El Dasein auténtico sabe que va a morir. Sabe que su ser es ser para la muerte y lo acepta. Le da densidad a su existencia. Eso le da densidad, justamente esa existencia no se disuelve en uno del se dice. El auténtico está separado del mundo del se dice, porque ha aceptado su finitud. A partir de esa aceptación el hombre auténtico es Él. Elige lo que quiere leer, habla de lo que quiere hablar, pero lo fundamental es que enfrenta la angustia que le produce el hecho de que nadie puede morir por Él. Se hace cargo de su muerte. En cambio, el existente inauténtico al no poder hacerse cargo de su finitud, enfrenta la vida con una liviandad de lo inauténtico, de aceptar todo lo que le digan, todo lo que le cuenten y todo lo que le vendan para sofocar su angustia de morir, se niega a aceptar que la existencia tiene misterios y uno de ellos es esa capacidad del Dasein de saber que va a morir y tiene que seguir viviendo. 


En la vida inauténtica no hay misterios, se va detrás de lo que ya se ha dicho, de lo que ya se creó, de lo establecido. Se es una nada, una cosa que se disuelve en el anonimato del todo que ha sido creado para que los hombres no tomen conciencia de nada. Entonces, el mundo de lo uno, del anonimato, del se dice, el de las habladurías, está constituido para que el Dasein no tome conciencia de sí mismo, de su destino y de su condición de ser para la muerte.
¿Quién construye ese mundo inauténtico? Este mundo es construido por los poderosos otros. Cuando se acepta el mundo inauténtico se está bajo el señorío de los otros.


En     la    actualidad, este poder de construcción del mundo inauténtico está dado por el poder de los medios de comunicación. Es el señorío de los otros. Porque a través de los medios de comunicación “Los Sujetos son sujetados”. (Foucault). Ese hombre inauténtico vive repitiendo todo lo que le dicen los medios de comunicación, las cosas que tienen que comprar, los programas que tiene que ver. Este persona tiene aniquilada toda posibilidad crítica de la conciencia. Y pasarse la vida sin decir una palabra propia es como haber vivido muerto.


Uno de los principales elementos de la inautenticidad es la publicidad. La publicidad dice lo que se tiene que comer, lo que se tiene que leer, la ropa que tiene que vestir, el partido político al que tiene que votar. La publicidad trabaja en favor de la inautenticidad de la gente y consiste en una mentira para que el consumidor compre. Se dirige desde afuera a las conciencias de las personas y le dice cómo tiene que ser.


Otro de los elementos de la inautenticidad es la avidez de novedades. La moda. Cambia permanentemente y va diciendo lo que hay que consumir. Se va pasando de una novedad a la otra nueva novedad. Es lo que Heidegger denomina errancia, es pasar de una cosa a la otra rápidamente y está determinada por la avidez de novedades. Siempre hay que estar informado de la última novedad.



Otro de los elementos son las habladurías, el se dice tal cosa y todos terminan diciendo lo que se dice. Pero ¿quién dijo lo que se dice? Los medios de comunicación, internet, la televisión, son los poderosos creadores de las habladurías.


El hombre auténtico no se somete a las habladurías, a la avidez de novedades, ni a nada que ese mundo del anonimato le quiere imponer. El hombre auténtico tiene su propia voz, tiene la libertad para decir lo que piensa sin ser manipulado por los medios de comunicación. Subvierte ese orden que está armado a los sujetos.